lunes, 16 de enero de 2012

Siendo la 1 de la mañana de un miércoles laboral y normal
está claro que uno ya no puede esperar demasiado más del día.
De hecho, luego de que éste se haya ido al tacho
y me haya dejado con humor de perros,
con una sensación hasta de vacío en el interior,
de saberme no correspondida a esta ciudad gris,
a este ritmo que no te deja en paz,
a la rutina que no me permite sorprenderme...
Fue ahí, en el momento en el que me rendí a lo maldito de seguir sentada donde estaba,
de seguir haciendo lo que hacía.. fue el momento de inercia frente a la vida en el cual
el agotador día terminó por sorprenderme.
Me encontré, por sorpresa, con vos y tu interior plasmado en escritos
que creía inexistentes e imposibles.
Más de una sonrisa, más de una sensación de emoción me invadió en aquel momento.
Los mates se ven lejanos, pero vos cercano.
Ahora te leo y te sonrío aunque no estés,
te leo y casi que te puedo abrazar, porque abrazo tus palabras
tan ciertas y reales.
Te leo, ya estás acá, al lado mío, ya llegaste.

(14/9/11 - 1:20am)